Los accidentes cerebrovasculares junto con los infartos de miocardio son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo.
Se conocen por enfermedades cardiovasculares aquellas que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos cuando la sangre, que transporta nutrientes y oxígeno, no llega a estos órganos provocando graves lesiones o incluso, la muerte. Sin embargo, son enfermedades evitables si la persona lleva un estilo de vida saludable basado principalmente en una alimentación equilibrada, actividad física regular y abandono del tabaco.
FACTORES DE RIESGO:
- Dieta poco saludable: supone un abuso de grasas saturadas, sal o azúcares o falta de equilibrio nutricional.
- Inactividad física: la falta de ejercicio limita la movilidad de la sangre, la densidad ósea, el fortalecimiento de los músculos o la regulación de la presión arterial.
- Consumo de tabaco: entre otros aspectos provoca cambios en la densidad de la sangre que favorece los coágulos y aumenta el ritmo cardíaco.
- Obesidad: contribuye al desarrollo de otras enfermedades como diabetes, colesterol o hipertensión que están relacionadas con la obstrucción de los vasos sanguíneos entre otras causas que predisponen a sufrir un accidente cerebrovascular.
- Otras patologías: la falta de vigilancia y control de enfermedades como la hipertensión, el colesterol o la diabetes, producen que los vasos se engrosen lentamente y el corazón tenga que realizar cada vez un mayor esfuerzo para bombear la sangre al resto del cuerpo.
FACTORES DE RIESGO:
Hay varios síntomas que pueden alertar sobre la posibilidad de que se esté produciendo un accidente cerebrovascular y la necesidad de la asistencia sanitaria urgente para evitar riesgos o posibles secuelas:
- Adormecimiento de parte del rostro, brazo o pierna de un lateral del cuerpo.
- Dificultad en el habla o en la compresión.
- Problemas de visión de uno o ambos ojos.
- Pérdida de equilibrio o sensación de mareo.
- Aparición de dolor de cabeza súbito.