Entre los hábitos más importantes para mantener una vida saludable se encuentra la práctica regular de ejercicio físico desde los primeros meses desde el nacimiento. Práctica que, adaptada a cada grupo de edad y características de la persona, es muy beneficiosa y recomendable para mejorar la salud en su concepto más integral: física, mental y social.
Además, la creación de una rutina de actividad física a lo largo de los años, contribuye a promover un envejecimiento activo y previene la aparición de múltiples enfermedades o empeoramiento de patologías crónicas.